
¡Falso! No hubo grupos paramilitares ni parapoliciales mientras San Martino estuvo en la policía de Córdoba.
FALSO
RAE. DEMONIZAR: Atribuir a alguien o algo cualidades o intenciones en extremo perversas o diabólicas.
Página Montoneros de Wikipedia. Dice: <<"ajusticiaron" al mayor Julio Ricardo Sanmartino, exjefe de policía de Córdoba y organizador de grupos paramilitares. Gasparini, Juan (1988)>>. FALSO: La utilización del término "ajusticiaron", señala que el autor de la nota posee sesgo de ideas y que no se fundamenta en hechos históricos. Además, se pretende, mediante aclaración falsa, la generación de un relato alternativo a la realidad haciendo creer al lector que San Martino era organizador de grupos paramilitares y así, de algún modo, justificar el asesinato. Teoría de los dos demonios. Si dice que la víctima era una demonio justifica que él haya sido el demonio que lo mató. En 1988, momento en que se escribe el libro citado como referencia, 17 años más tarde del crimen, el autor crea una imagen ficticia. No hubo durante los cinco meses de gestión en la subjefatura, ni en los tres meses en la jefatura, ninguna acusación, ni sospecha, ni una sola mención sobre alguna actividad paramilitar (faltaban cinco años para el 76, la guerrilla estaba en pañales, no hubo nada parecido en aquellos días). Había órganos de prensa de los grupos guerrilleros, y nunca hubo una cita de ese tipo mientras la víctima vivía, la guerrilla recién comenzaba y casi no habían detenciones en Córdoba. Por si esto fuera poco, el comunicado fundamentación escrito por los ejecutores del crimen no cita ese hecho, sólo hay una mención lejana a un "supuesto" comando que tiró unos petardos y lanzó unos panfletos anunciándose. No hubo, ni hay, listado de ejecuciones, de desaparecidos, ni siquiera de torturados (sólo un caso denunciado y no probado que involucró a cuatro detenidos). El relato de la página citada es falso e inaceptable utilizado para manipular la opinión de los más débiles.
Luego del asesinato de San Martino (29-07-71), en agosto de 1971, surgieron varios comunicados de supuestos escuadrones de la muerte policiales que vengarían el asesinato de su anterior jefe, pero sólo quedaron en eso. Amenazas, al menos, hasta cuando hubieron pasado cinco años de aquel crimen horroroso. El autor de la falacia en el libro citado de la nota apócrifa pretende acusar al muerto de la emisión de esos supuestos comunicados y que, por si fuera poco, quedaron en eso.
La nota de Wikipedia se basa en información falsa, sin fundamento y, por lo tanto, no posee la seriedad necesaria. En otras palabras, miente..
¡Falso! No asesinaron a ningún guerrillero en todo su período. Murió sólo uno, en combate, disparando y, esto fue aceptado por las FAR.
FALSO
PULSAR ---->
Página Carlos Olmedo guerrillero de Wikipedia. Se basa en la misma fuente que la nota anterior y repite la cita falsa. Además posee el agregado de mencionar como asesinato la muerte de la combatiente Raquel Gelín, muerta en combate luego de robar un banco. Es tan alejado de la realidad esto que, en el momento de la muerte de Gelín, la policía, creía estar en la búsqueda de asaltantes de bancos. Recién al día siguiente se descubrió que no eran delincuentes comunes. Gelín cae en la huida, mientras ella ametrallaba al móvil policial y, por una bala de la policía que ingresó por la luneta. En "Reportaje a las FAR." Militancia N°3, las mismas FAR reconocen que así se produjo la muerte de Gelín. La nota de Wikipedia es falsa. Ver nota periodística de esta página.
INEXACTO
Jorge Lanata cita en su libro: "Argentinos: Quinientos años entre el Cielo y el Infierno" de manera inexacto el cargo de San Martino el día de su asesinato, él era director general de cárceles de la provincia de Córdoba.
ERRÓNEO
En el libro: "Primavera sangrienta: Argentina 1970-1973 un país a punto de explotar" se afirma que el día 17 de abril del 71, en que murieron en combate guerrilleros del EPR y donde se pretende afirmar que fueron ejecutados por la policía, se dice que San Martino era el jefe de la policía de Córdoba. Erróneo. San Martino renunció el día 05 de abril del 71. El responsable por los actos de la institución policial esos días era el coronel Latella Frías, jefe de la policía de la provincia a partir del 05 de abril del 71. Si murieron en combate o ejecutados es un hecho del cual, San Martino, no tuvo ninguna responsabilidad.
¡Falso! No hubo Secuestros, Desaparecidos ni Ejecuciones. Ni siquiera denuncias o sospechas de algo similar. ¡Nada! Fue víctima de asesinato en 1971. Cinco años antes de 1976.
FALSO
En general, el criminal, demoniza a la víctima, quien no puede defenderse (acto por demás cobarde y ruin), y se sacraliza a sí mismo quien, a la postre, continuó en este mundo hablando y justificando sus actos más ruines, perfil del asesino.
Mas, las mayores falsedades, en este caso, provienen de quienes no tuvieron relación con los hechos y son fácilmente reconocibles. Nada dicho o escrito por quien no fue su asesino y/o expresado tres, cinco, diez, ¡diecisiete! o treinta años después podría ser verdad, al menos, como fundamento para el brutal homicidio. Todo eso es falso, no cabe ninguna duda.
En los órganos de prensa de la guerrilla hasta el 29 de julio del 71 no hay ninguna acusación de desaparición, torturas sistematizadas, organizaciones paramilitares, ni, mucho menos, asesinato alguno. Y dos años más tarde, tampoco. Todas las acusaciones que sustentan el crimen se pueden ver en el comunicado fundamentación escrito por los mismos asesinos. Ver notas de esta página. Eso es transparente y se puede leer aquí mismo.
El resto, lo que no hayan escrito sus asesinos en el comunicado fundamentación, es falso.
Al entierro de Julio San Martino asistieron cientos de personas, quizás más de mil y la prensa habló de tres mil. Era un hombre querido y respetado por quienes lo conocieron, por su pueblo, quienes no pudieron jamás comprender aquel acto atroz. San Martino abrazó la causa peronista, sólo porque creía en la justicia social y que el Estado debía proteger a los más humildes. Conoció personalmente a Perón y a Evita, y lo hizo jugándose por algo que creía que traería una mejora social y, aunque estuviera equivocado, riesgo que corremos todos con nuestras ideas, no hubo ningún fin egoísta en esto, todo lo contrario. Perdió su carrera por involucrarse guiado por sus ideales y pasó dos años de prisión efectiva por estas razones. Escribía poemas. Se dedicó a la docencia por casi 15 años, dedicado a la enseñanza de jóvenes. Lo anterior, está documentado. Por el contrario, las acusaciones de calumniadores que no apretaron el gatillo y que aparecieron años después, reivindicando crímenes y criminales, no tienen ningún sustento, documento, ni testigos y sólo aprovechan el poder de la difamación.
¡FALSO!
Que hayan tenido que recurrir a victimizarse, a faltar a la verdad, a la exageración, a la injuria y a demonizar a la víctima, quien además había sido brutalmente asesinada a sangre fría y con premeditación, hace pensar que lo más probable es que este crimen haya sido ejecutado por gente con un perfil violento y de características psicopáticas más, si se considera que al agente Eleuterio Sánchez le habían dado siete balazos por la espalda, estando indefenso y boca abajo, y que a Hugo Agüero le dispararon con bandera blanca. Luego con igual frialdad y exceso de poder hubieron asesinado al general Sánchez. Y en la huida de Trelew, a sangre fría al guardia Valenzuela.
Todo indica que carecían de razones válidas.
Sólo serían, como pedía Guevara, violentas, selectivas y frías máquinas de matar.
FALSO
Revista Militancia N°3 del 28-06-1973, pero que reproduce un reportaje a las FAR publicado en: "CRISTIANISMO Y REVOLUCION", Año IV, N° 28, Abril de 1971". La fecha del reportaje original es tan próxima al 29-12-1970 en donde se produce aquel desastroso asalto al banco en que mueren tres personas, Raquel Gelín, guerrillera, y los agentes Eleuterio Sánchez y Hugo Agüero y que son heridos tres policías más que, quien entrevista, no puede dejar de preguntar sobre tan penosos hechos. En la oportunidad las FAR admiten indirectamente que la organización fue pésima (prepararon para huir en un automóvil que no arrancó) y la derrota consecuente, pero, referido al asesinato de Eleuterio Sánchez mientras éste se encontraba en el suelo, boca abajo e indefenso y sólo por levantar la cara para mirar sus rostros dice: "¿Cómo fue la cosa con el· policía? -Simplemente se resistió, incluso se intentó dominarlo tomándolo de los brazos . El era más fuerte, que uno de los compañeros y fue preciso disparar sobre él. Eso fue todo."
FALSO. Para cuando asesinan a Sánchez, las FAR ya llevaban varios minutos dentro del banco. El personal estaba reducido y controlado. Olvidan que, el banco, estaba pleno de empleados y clientes, todos testigos. El parte policial se basó en el relato de los últimos. Los clientes del banco y testigos fueron entrevistados por la prensa y algunos salieron en televisión y ninguno desmintió lo publicado previamente referido a que acribillaron a un indefenso, que lo habían ejecutado estando desarmado y boca abajo, en el suelo. Lo más importante, Eleuterio Sánchez tenía siete (7) balazos, todos disparados desde atrás. Eleuterio era un hombre algo menudo, irrisoria mentira esta de las FAR sobre que era tan fuerte que tuvieron que disparar. Esto sí demuestra la falsedad, exageración, mentira e instrumento falaz de todo lo dicho por las FAR y en estas oportunidades. El relato de las FAR para sacralizarse y demonizar al enemigo es FALSO.
FALSO
FALSO
Revista Militancia N°20, página 47, del 25-10-73. Dentro de un gran desarrollo de la nota dice:
"Aprendimos que hay militares como Cargagno, que hoy posan de antiyanquis y populares, y hasta ayer nomás fueron los ejecutores o cómplices de la represión, de la tortura, del asesinato." firmado: "COMANDOS POPULARES DE LIBERACION".
El General Carcagno, sí, fue el represor del Cordobazo. Militar de intachable trayectoria peronista, era comandante del Tercer Cuerpo de Ejército cuando ocurrió el Cordobazo y recibió órdenes de reprimir aquel caos. Lo hizo, cumplió sus órdenes, no era esperable otra cosa. Fue un militar peronista, al igual que San Martino, pero que no conspiró como este último y por eso conservó su carrera profesional y, vale recalcarlo, cumplía órdenes. En las FF.AA. o cumples órdenes o pierdes tu carrera profesional. No todos los militares peronistas tenían que inmolarse en plaza pública porque Perón hubiera huido a España, quizás San Martino, Valle, ibazeta, Cogorno y tantos otros se equivocaron. Algunos fueron fusilados, otros dados de baja y enviados a la cárcel como San Martino y, otros, pasados a un retiro injusto. Prueba de lo que se dice, es que Carcagno fue el general elegido por Perón para ocupar el cargo de Comandante en Jefe del Ejército cuando asumió Cámpora.
Lo relevante que de esto se extrae es que es FALSO que Carcagno hubiera estado involucrado en algún caso de tortura y/o de asesinato y la represión del Cordobazo se realizó cumpliendo órdenes como comandante del Tercer Cuerpo. Jamás se levantó sospecha alguna de las acusaciones que en la nota le hacen. Se trata de una injuria. Sin embargo, el relato de las fuerzas pro guerrilleras, es el mismo que el que utilizaron contra San Martino. Se lo acusa de reprimir, de torturar y de asesinar. En el archivo histórico al que se llega por vínculo de esta página se aprecia que San Martino, no sólo no reprimió el Viborazo si no que, al no hacerlo, desobedeció las órdenes del gobernador Uriburu. Nadie, ni siquiera en el comunicado de sentencia de muerte lo acusó del algún asesinato, no hay ninguna sospecha sobre esto, al menos, hasta que años después los infames dieran rienda suelta a la creatividad y lo acusaran de la muerte de un guerrillero del ERP que murió cuando San Martino ya no era Jefe de Policía. No sólo que no estuvo en el lugar, si no, que no podía dar órdenes de matar a nadie ya que ni jefe de policía era ya. Y sólo hubo en todo su período un caso en el que se denunciaron apremios ilegales a cuatro guerrilleros de las FAR que acababan de aniquilar a dos policías inermes y dejado otro con incapacidad.
El relato contra Carcagno, el mismo que contra San Martino, es FALSO. Acusaciones postreras y sin ninguna, ninguna evidencia de, "represión, de la tortura, del asesinato.", son sólo injurias destinadas a victimizarse, sacralizar a los asesinos y demonizar a las víctimas.
Todo aquel peronista que no se alineara con el socialismo guevarista sería demonizado y, en algunos casos, asesinado.
¡Falso! No hubo ninguna evidencia de torturas.
Hubo sólo 14 guerrilleros detenidos en su período. Diez nunca denunciaron malos tratos. Todos vivos, sanos, sin incapacidades y pudieron vivir décadas. La única denuncia, no prosperó en la justicia. Eso dice, y mucho.
ERRÓNEO. FALSO. INEXACTO. MALINTENCIONADO. INFAME.
Se han visto, al menos, tres notas de distintos orígenes las cuales ya ni vale la pena citar, que provocan un caos de información con indudables fines de difamar a San Martino. Todas éstas, luego de su brutal asesinato. Una suerte de justificar aquel acto infame y mediante injurias. Producido el hecho ignominioso surgen los que justifican a los verdugos y culpan a las víctimas, y con calumnias e injurias.
Fue San Martino la víctima de un crimen brutal, atroz, por la espalda y cobarde. Le fueron dados dos balazos de escopeta, a quemarropa, llegando desde atrás cuando él estaba distraído. No le ocurrió esto a algún miembro del ERP o de las FAR. Esto último, consta en un gran número de evidencias. No olvidar este punto. Todas las evidencias dicen que él fue la víctima. Los relatos para difamar a la víctima, no poseen ninguna evidencia.
Las notas al principio citadas confunden dos casos de miembros del ERP y los condensan en uno solo, para luego separarlos en medio de una mezcolanza y generar algo que parece cierto a mentes descuidadas. Se trata de los casos de Foti (12-01-71) y de Polti (17-04-71). Es muy probable que para esto se aproveche de cierta similitud fonética entre ambos apellidos. De sólo dos sílabas, en la primera sílaba poseen la vocal “o” y en la segunda la vocal “i” y, para culminar similitudes, los apellidos terminan a la sílaba “ti”. Los nombres pueden suscitar confusión y con esto permitir alterar fechas, datos e información. Más allá de eso, los dos casos, no tuvieron nada que ver.
Ninguno de los dos casos está citado en el comunicado fundamentación de la sentencia de muerte de San Martino emitido por las FAR, por lo que queda claro que, ni siquiera si hubieran sido ciertos, motivaron su crimen. Los fundamentos para el asesinato estuvieron en agosto de 1971, todos condensados en el comunicado, y allí no se lo acusa de ser culpable de muerte alguna, salvo la parabólica y general acusación a todas las FF. AA. y policiales del país de aquellos días de: represión, tortura y asesinato, sin presentar algún caso cierto. Constatar para evidencia las revistas Militancia, El Descamisado, Estrella Roja y otras. Se repite la acusación sin pruebas, evidencias y ni siquiera mediante citas, casos, algún nombre, sólo referencias globales y generales, tal como lo hacen los que discriminan por raza, credo y religión. "Todos los militares son..." "Todos los policías son..." "Todos los homosexuales son..." "Todos los negros son..."
El EPR en su órgano de prensa Estrella Roja N°5 y N°6 afirma no haber cometido el crimen de San Martino, sin embargo, a posteriori del asesinato, es personal del ERP quien inventa y mal relaciona los hechos de Polti y Foti, aparentemente, con la intención de dar algo más de sustento a los pobres fundamentos esgrimidos por las FAR en su débil comunicado, participando así del crimen de la memoria de San Martino y validando sus futuros actos criminales. Es ERP quien con deseos obvios de aumentar la demonización del interfecto, San Martino, tiempo después, inventan crímenes adjudicándoselos a la víctima.
Antes de proseguir se aclara nuevamente que no es lo mismo ser culpable que responsable. Por ejemplo, el caso Cepeda, joven obrero que no era del ERP ni de SITRAC ni de SITRAM y que según testigos sólo estaba viendo desde la puerta de su casa los hechos derivados del Ferreyrazo, según el informe forense quien no depende de la policía de Córdoba, fue muerto por una bala calibre N°22. Esto, no fue desmentido por un informe forense particular practicado por ningún grupo de médicos que trabajaran para el ERP. Por lo tanto, es evidencia fuerte de que no fue muerto por la policía. Ahora, según el ERP, quien dirigió los desmanes del Ferreyrazo, y seguramente diera parlamento a los supuestos testigos, lo mató un policía con arma reglamentaria. Una testigo dijo que un policía que se dirigía al móvil, de pronto, como en un ataque de locura se regresó, sacó el arma y disparó. Otro supuesto testigo dice que fueron dos policías enajenados y otro dice que el policía se puso rodilla en tierra para apuntar bien. Ningún relato coincide con los otros ni se sostiene a sí mismo. Asesinar a un obrero que no era ni guerrillero ni pertenecía a los gremios combativos, era ridículo y contraproducente. Sin embargo, la paradoja, es que todos los relatos promovidos por el ERP, eximen de culpabilidad a San Martino y sólo podría, de haber sido cierta alguna de las versiones apócrifas del ERP, ser responsable de que uno de sus diez mil policías hubiera tenido un ataque de locura y así, en ese estado, hubiera asesinado a un inocente espectador. Ninguno de los cerca de mil policías de ese día disparó contra los manifestantes. Eso dice, y mucho.
Hechos que sí son ciertos y con suficiente evidencia:
Polti: La muerte de este guerrillero ocurrió durante un enfrentamiento con la policía el día 17 de abril de 1971 (ver archivo histórico vinculado a esta página). En esa fecha, San Martino, no estaba en la policía, ya había renunciado al cargo. No estuvo en el lugar de los hechos. El jefe de policía en esos momentos era el coronel Latella Frías. En el archivo histórico y en la nota del día 17 de abril sale la foto de Latella Frías y abajo de ésta dice: En la foto el jefe de policía Latella Frías. El ERP, primero, debería demostrar que Polti fue ejecutado, cosa que por cómo sucedieron los hechos y la posición final del cadáver que se puede apreciar en las fotos (ver archivo histórico) no parece posible. El ERP, a través de sus abogados, jamás presentó alguna evidencia y ni demostró que no que cayó en combate tal como lo presentó la prensa. Luego, debería explicar por qué involucran a San Martino siendo él, en esos momentos, sólo un civil dedicado a la docencia. Creer esta versión es imposible. La descripción de los hechos que se puede constatar en el archivo histórico indica que el tiroteo se pudo escuchar a varias cuadras, se verifica que el primer móvil policial en alcanzar a los sujetos es acribillado y aparece lleno de impactos de balas de armas de guerra y que son heridos todos los policías que iban en el móvil, uno con bala en el cráneo y, por si fuera poco, uno de ellos, Mastri, fallecerá luego de una larga agonía. Sin dudas, Polti, murió disparando armas de guerra y asesinando policías.
Foti: Los hechos en que estuvo involucrado ocurrieron el 12 de enero de 1971 (ver archivo histórico vinculado a esta página). Se aclara que siguió vivo luego de los hechos en los que participó y falleció de muerte natural con más de setenta (70) años, así que no fue asesinado por la policía. Resumen de los hechos: Una mujer pinta en una pared, a las dos de la madrugada, las siglas del ERP. Un patrullero la ve y la detienen, y ésta indica la casa en donde vive. Sin San Martino presente (dormía), la policía rodea la casa. Da orden de entregarse. Foti se resiste, se da un intercambio de disparos y recibe una bala en la cabeza. Los otros dos se rinden y son detenidos ilesos. La misma policía lleva a Foti al hospital y le salva la vida. Según un primer “relato” del ERP el balazo habría sido dado a quemarropa, mientras Foti, en su habitación, ¡dormía! El ERP, primero, debería explicar cómo hace un policía para ingresar por la ventana en punta de pies para dar un balazo a un ignoto durmiente. Y en una casa plagada de armamentos de guerra, granadas y con tres guerrilleros dentro. La versión no es creíble, ni siquiera por niños.
Lo que es real y evidente es que a quien asesinaron de dos balazos a quemarropa y en la cabeza fue a San Martino, sin lugar a duda. Y este hecho, habría motivado al ERP para inventar crímenes previos, paralelos y equivalentes intentando justificar el crimen que, las FAR, no lograron con un Comunicado Fundamentación que no fundamenta nada, si no, que muestra, sólo, las vísceras de los ejecutores.
Este crimen, el de San Martino, sería el primero planificado de un militar después del de Aramburu y sin justificación alguna, sólo una muestra de poder, competencia para la destrucción, audacia y de capacidad de siembra de terror.
Por cinco y más años caerían militares, policías, sindicalistas, empresarios, obreros, políticos… todos argentinos, de similar forma. Más de mil argentinos murieron en manos de la guerrilla. Y, en todos los casos, las víctimas, después de muertos, fueron demonizados por los órganos de propaganda de las fuerzas guerrilleras.